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zaterdag 15 oktober 2011

Tiempos Modernos

Tiempos Modernos

Sinopsis: Tiempos modernos es un largometraje de 1936 dirigido, escrito y protagonizado por el célebre actor Charles Chaplin. La película constituye un retrato de las condiciones desesperadas de empleo que la clase obrera tuvo que soportar en la época de la Gran depresión, condiciones promovidas, en la visión dada por la película, por la eficiencia de la industrialización y la producción en cadena. En la película también intervienen Paulette Goddard, Henry Bergman, Stanley Sandford y Chester Conklin.

Análisis: Para analizar la película, tomé unas palabras claves las frases que me parecieron las más ilustrativas del texto de Marx (MARX, Karl, La acumulación originaria, capítulo 24 de El Capital, México, FCE), nombrando con cada una las escenas de la película en las cuales encontramos ejemplos de sus conceptos.


Explotación
“Pero, si enfocamos el otro aspecto, vemos que estos trabajadores recién emancipados sólo pueden convertirse en vendedores de si mismos, una vez que se ven despojados de todos sus medios de producción y de todas las garantías de vida que las viejas instituciones feudales les aseguraban. El recuerdo de esta cruzada de expropiación ha quedado inscrito en los anales de la historia con trazos indelebles de sangre y fuego.

…… El proceso de donde salieron el obrero asalariado y el capitalista, tuvo como punto de partida la esclavización del obrero. En las etapas sucesivas, esta esclavización no hizo más que cambiar de forma: la explotación feudal se convirtió en explotación capitalista.”

La representación que Tiempos Modernos da del obrero es la de una pieza más en el engranaje de la maquinaria industrial En las primeras escenas se vea que los individuos están esclavos del ritmo de las maquinas, las cuales dictan los horarios de su vida. Debido a la presión y el alto grado de industrialización, la mayoría de los obreros parecen perder su personalidad y se convierten, metafóricamente, en maquinas. Esto es simbolizado también por el rebaño de ovejas al principio, que está comparado a un conjunto de hombres que salen de un subterráneo con dirección a sus trabajos en las fábricas. Entrando en la fábrica, marcan la hora de ingreso. Todo el tiempo está calculado, no se permite la holgazanería. Es como seguimos siempre las otras ovejas, sin pensar, y Chaplin está criticando que aceptamos estar parte de la maquinaría como animales tontos. Los compañeros de Charlot (el personaje de Chaplin) por ejemplo se enojan cuando el se está volviendo loco y no está participando no más, quieren que funciona la maquina como siempre debe. Charlot desaparece literalmente en la maquinaría, un imagen muy fuerte que está representando la fábrica como un gran monstruo, tragando y aplastando obreros.

La explotación siempre conoce niveles más sofisticadas de la perfección, que nos muestra la situación en la cual unos vendedores ofrecen, al dueño de la empresa, una máquina que permitirá que los obreros coman mientras trabajan. Esto implica un mayor control del tiempo para sumar aún más capital. El obrero ni puede ser dueño de su propio almuerzo. Con la maquina de almorzar el director se apropia hasta una de las últimas acciones libres/independientes de sus trabajadores.


Alienación
“Han de enfrentarse y entrar en contacto dos clases muy diversas de poseedores de mercancías; de un parte, los propietarios de dinero, medios de producción y artículos de consumo, deseosos de valorizar la suma de valor de su propiedad mediante la compra de fuerza ajena de trabajo; de otra parte, los obreros libres, vendedores de su propia fuerza de trabajo y, por tanto, de su trabajo. ……… Con esta polarización del mercado de mercancías, se dan las dos condiciones fundamentales de la producción capitalista. El régimen del capital presupone el divorcio entre los obreros y la propiedad sobre las condiciones de realización de su trabajo…. La producción capitalista no solo mantiene este divorcio, sino que lo reproduce y acentúa en una escala cada vez mayor.”

Las tareas en la fábrica son mecánicas y cada quien tiene una función específica. La cinta transportadora sigue funcionando produciendo en serie a un ritmo constante y monótono. Una sola falla desencadena el malogro de toda la demás producción. El trabajo consiste en atornillar y martillear. Ni un momento en la película vemos qué producto exactamente están produciendo, como no importa el producto final. El trabajo es muy mecánico, repetitivo, Charlot sigue con el mismo movimiento de atornillar también durante los recreos. Se vuelve loco, al final quiere atornillar hasta las botones de la ropa de las mujeres, y termina en el hospital psiquiátrico. El trabajo además es muy individualista, los compañeros del trabajo comparten el espacio físico pero no hay tiempo ni manera de socializar, se pelean y odian entre si. Por el escasez de trabajo en esa época, los obreros se convierten en sus propios rivales, porque tienen que competir por el mismo trabajo. Esto vemos en cuando Charlot lee en el diario que hay trabajo y corre a la fábrica para justamente entrar de último.


Lucha de clases
“Es cierto que la leyenda del pecado original teológico nos dice que el hombre fue condenado a ganar el pan con el sudor de su frente, pero la historia del pecado original económico nos revela por qué hay gente que no necesita sudar para comer.”

“Así se explica que mientras los primeros (una minoría trabajadora, inteligente y sobre todo ahorrativa) acumulaban riqueza, los segundos (un tropel de descamisados, haraganes, que derrochaban cuanto tenían y aún más) acabaron por no tener ya nada que vender más que su pelleja. De este pecado original arranca la pobreza de la gran mayoría.”

El director de la fábrica, ejemplo clásico del capitalista, está en su oficina, tomando su medicina, sus pastillas, jugando rompecabezas, viéndolo todo a través de una pantalla y dando sus órdenes, mientras que Charlot ni puede fumar un cigarrillo tranquilamente. Ir al baño lo hace además en su propio tiempo, usa su tarjeta de registración de tiempo para tomar unos minutos privados.

Vemos la burguesía, siempre buen vestido, caminando y paseando por las calles, comprando artículos de lujo en almacenas grandes y abundantes en todo (hasta los tragos en barriles). Charlot y la chica solamente pueden soñar de ese tipo de vida, en la escena de la casa linda por ejemplo, y cuando está trabajando de vigilante de noche en el almacén. Suenan que hay árboles de fruta y una vaca para la leche en su casa, y un bife de lomo gigante para comer. Tira la fruta por la ventana sin comerla completamente, todo está mostrando abundancia. Pero en la realidad, la casa donde viven es muy lejos de ser lujoso, y con la gente de la burguesía no hay ningún contacto. La esposa del pastor, visitando a la cárcel, no habla ni una palabra con Charlot, y la mujer en la calle denuncia muy prolijamente a la chica al momento de robar el pan.


Leyes y rol del estado
“Véase pues, como después de ser violentamente expropiados y expulsados de sus tierras y convertidos en vagabundos, se encajaba a los antiguos campesinos mediante leyes grotescamente terroristas, a fuerza de palos, de marcas de fuego y de tormentos, en la disciplina que exigía el sistema de trabajo asalariado.”

Es impresionante el número de veces que aparezca la policía en la película, como representante del aparato represivo del estado. La chica queda buscada por vagancia, y justamente cuando encontró trabajo en el restaurante y las cosas parecen mejorar, aparecen los empleados de vigilancia de juveniles para su arresto. Uno no se puede vagar y disfrutar una vida libre en la sociedad capitalista. Cuando Charlot y la chica se sientan en el pasto, hablando del futuro y imaginando su casita linda, casi inmediatamente viene otro agente de policía. Otro símbolo del estado está la cárcel, Charlot queda encarcelado en varias oportunidades. Hasta que busca ser encarcelado, porque se sienta cómodo y protegido.


Conclusión
El personaje de la película está pasando de un lugar de encierro y vigilancia a otro, es decir, de la fábrica, al hospital, ó de la fábrica a la cárcel y viceversa. Es como una metáfora de la “libertad” en la cual vivimos en los tiempos modernos de nuestra época. Encuentra una mayor hostilidad en el ámbito del trabajo que en la cárcel, donde está muy cómoda. Allá encuentra tal vez una seguridad perdida. Eso quizás es el más grande “crimen” del capitalismo: que robó a los humanos de “todas las garantías de vida que las viejas instituciones feudales les aseguraban”, remplazándolas con una inseguridad sin límites, y una lucha continúa de sobrevivencia. Un ser humano necesita alimentarse, alojarse, vestirse etcétera, y si se reproduce, necesito asegurar lo mismo para su descendencia. Por lo tanto se ve siempre obligado de vender su trabajo para conseguir un salario, de seguir siendo parte del gran circo, de la maquinaría engrasada que constituye nuestra sociedad y su modo de producción, porque es su única manera de obtener seguridad, o sea poca y además falso, y sentirse tranquilo y feliz.